El Aquila adalberti o Águila Imperial, como comúnmente se conoce, es la única ave rapaz endémica de la Península Ibérica. Su población actual ronda las 220 parejas, lo que la convierte en una de las cuatro aves de presa más escasas del planeta, y en el tipo de águila más amenazado de todo el continente europeo. Este emperador de los bosques mediterráneos está incluido en el Real Decreto 439/90 de marzo por el que se creó el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, siendo incluida en el Anexo I como una especie en peligro de extinción, catalogada como en peligro crítico de extinción en el Libro Rojo de Vertebrados Amenazados de Andalucía. A causa de su status de conservación y para promover el mantenimiento de sus poblaciones fue elegida ‘Ave del Año 2000’.
El descenso de la población de este orgullo de la fauna ibérica se debe a causas exclusivamente humanas y entre estas se encuentran la más importante, la electrocución con postes eléctricos. Estos llegaron a constituir la primera causa de mortalidad del águila imperial, ya que fueron responsables del 60% de las muertes de ejemplares jóvenes durante su primer año de vida. Los primeros estudios que realizó el Consejo Superior de Investigaciones Científicas en la zona en 1982, cifraban en 2.000 el número de aves que fallecían al año en 100 kilómetros de tendido. En el año 2005, la Consejería de Medio Ambiente emprendió un proyecto en la Estación Biológica de Doñana dirigido por Miguel Ferrer, científico perteneciente al CSIC, el cual complementa a los que ya se encontraban en marcha, con el doble objetivo de evitar más muertes de águilas por electrocución y comprobar, por primera vez, si es posible inducir cambios culturales en el comportamiento de esta especie amenazada. El método consiste en situar en zonas cercanas a los nidos una serie de postes dotados con un pastor eléctrico que provoca a la cría una descarga inofensiva, pero a su vez desagradable cuando se posa sobre ellos.
En paralelo a este proyecto, se inició otro con el propósito de corregir la proporción de sexos en esta especie protegida, ya que el dimorfismo invertido de las aves en situaciones adversas, provoca que se obtengan solo los individuos más pequeños, en este caso el macho. Desde 1991, siete de cada 10 ejemplares que han abandonado el nido son machos. Para aumentar la proporción de hembras, el equipo empleó la técnica de Hacking, o cría en semilibertad, que consiste en retirar a las hembras jóvenes de sus nidos naturales cuando estos se encuentran en zonas donde los polluelos corren un alto riesgo de mortalidad.
Hasta la fecha se han captado tres hembras jóvenes en diferentes puntos de Andalucía, y se prevén que sus polluelos podrán vivir de manera independiente en un par de meses. Las jóvenes águilas serán equipadas antes de su suelta con radioemisores que no superan los 30 gramos de peso, quienes analizarán sus movimientos y corregirán factores de mortalidad durante, como mínimo, los próximos tres años, mediante satélite.
Estas dos iniciativas supervisadas por la Estación Biológica de Doñana, se incluyen en el proyecto iniciado en el año 2002 con el nombre de Estudios Científicos de Seguimiento sobre la Reintroducción del Águila Imperial en el Entorno del Parque Natural de los Alcornocales, cuya primera fase tiene una duración de cinco años. Según palabras de la coordinadora del proyecto, Eva Casado, “la mortalidad de los jóvenes se ha reducido muchísimo, del 80% de los pollos que mueren antes de llegar a la edad reproductora, después de cinco años de suelta se ha quedado en un 40%, hemos conseguido reducirlo a la mitad”.
El término de esta fase se producirá este año, con lo que se espera la renovación del convenio iniciándose así la segunda fase del proyecto, que tendrá una duración de cuatro años, terminando en el año 2011.
Eva Casado afirma que “si se estableciese una población, funcionaría como puente entre las dos poblaciones que quedan de Águila Imperial en Andalucía, la de Doñana y Sierra Morena, con lo que se reducirían bastante las probabilidades de extinción”.
Este proyecto de reintroducción también se está llevando a cabo con el Águila Pescadora en la provincia de Cádiz, siendo la comarca de Janda la elegida para esta reintroducción, debido a que antiguamente fue una zona de reproducción importante. El entorno del Parque Natural de Los Alcornocales es la zona más idónea para el desarrollo de este proyecto, debido a la abundancia de presas y a la tranquilidad de este.En un periodo estipulado mínimo de 5 años, se liberarán unas 55 águilas, de las cuales se estima que sobrevivan hasta la edad reproductora el 40%, lo que se traduce en unas 10 ó 11 parejas productoras.
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pienso k si conseguimos salvar a esta especie no solo la de los aguilas tambien el buho real yo tengo un nido y se lo voy a decir a un forestal esta a unos 30 o 40 m de altura kiero k lo sepan para k lo anillen y nadie lo coja atentamente
miguel angel